Día 0: lo importante de gestar espacios.
Estoy armando un blog nuevamente. Ha pasado mucho tiempo de los últimos blogs y de mis sitios Ayúdame Freud y Cultura Reviú, con sus miles de artículos todos salidos de mi puño y letra, improvisándolos a pura pasión directo sobre el editor de blogger.
Es una extraña sensación de alegría, como si me re-encontrara con un yo perdido en algún rulo de la espiral de mi vida. Encuentro a esa versión de mi-mismo y nos saludamos a la distancia. Ni él podrá ser yo, ni yo volveré a ser él y sin embargo, aquí estamos. Frente a frente por un instante que ambos sabemos en el preciso momento en el que escribo se desvanece para siempre.
No puedo dejar de pensar en lo importante que es para uno gestar espacios en los que reinventarse paso a paso, día tras día. La vida es avance puro, discontínuo y espiralado, pero avance al fin.
La doctrina de la globalización nos empuja a cultivar una certeza muy perversa:
Ocupar espacios implica riesgos fácilmente evitables y éxitos demasiado íntimos, individuales, subjetivos, como para ser legítimos
Pues, desde su óptica de marketing, el éxito solo puede ser validado en la masividad y cumpliendo con ciertos modelos a encarnar.
Nos enseña que antes que gestar espacios y ocuparlos es mejor encarnar un lugar de espectador fluctuante, labil, ajeno a toda historicidad, a todo deseo.
Éste día es deliberadamente mi día 0.
No el día 1, sino el 0.
El día en que se gesta el espacio para que la historia comience y pueda ser contada.
Desde ya, les agradezco a todos los lectores, los de siempre y los nuevos, por el apoyo, por la crítica, por estar ahí y aquí, tan presente como éstas letras.
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